En la tarde de ayer, Sábado de Pasión, la Real Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario y Santísimo Cristo Resucitado celebró un miserere junto a un solemne besamanos a su titular en la
parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Con tal motivo, la Sagrada Imagen lució de nuevo la restaurada corona real que en 1858 regalara la reina Isabel II, la cual un año antes accedía al cargo de Hermana Mayor y Protectora de la Archicofradía de Baena.
Entre las novedades que este solemne besamanos presentaba en esta edición se encuentra la adquisición de dos vidrieras que se han ubicado en la capilla de Nuestra Señora del Rosario. Las citadas vidrieras son pintadas y emplomadas y su realización ha corrido a cargo de una empresa cordobesa, enmarcándose estas dentro del proyecto de rehabilitación de la capilla y el retablo que la imagen titular posee en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
El objetivo que la Real Archicofradía pretende con ello es conseguir dotar a la capilla de mayor luminosidad y crear a la vez un ambiente más cercano a Dios, según declaraciones de Antonio Mesa, Cuadrillero de albaceas,: “este era uno de los anhelos que se había propuesto la Real Archicofradía en su proyecto de restauración y revitalización de la Capilla de la Virgen del Rosario y que concluirá (D.M.) en el año 2016”.
En una de las vidrieras está representado Santo Domingo de Henares, nacido en Baena y que fue elevado a los altares por su Santidad Juan Pablo II en el año de 1988, cuya Orden dominicana fue la fundadora de la parroquia en la que está erigida la cofradía.
La segunda de ellas se basa en una obra del pintor napolitano Lucas Giordano (1634-1705), artista coetáneo del retablo, en la que se representa a la Virgen del Rosario entregando el rosario a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Dominicos y en la que también aparece la doctora de la Iglesia Santa Catalina de Siena.
El retablo que posee en la actualidad la cofradía fue realizado en 1704 junto con la adquisición de los tres cuadros, los candelabros y el decorado en yesería dorada del interior del camarín.
El proceso de restauración de la capilla se inició en el año 1999, apostando por la conservación del patrimonio religioso y baenense por parte de la Real Archicofradía, esperando ver su culminación total en el año 2016.
Con tal motivo, la Sagrada Imagen lució de nuevo la restaurada corona real que en 1858 regalara la reina Isabel II, la cual un año antes accedía al cargo de Hermana Mayor y Protectora de la Archicofradía de Baena.
Entre las novedades que este solemne besamanos presentaba en esta edición se encuentra la adquisición de dos vidrieras que se han ubicado en la capilla de Nuestra Señora del Rosario. Las citadas vidrieras son pintadas y emplomadas y su realización ha corrido a cargo de una empresa cordobesa, enmarcándose estas dentro del proyecto de rehabilitación de la capilla y el retablo que la imagen titular posee en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
El objetivo que la Real Archicofradía pretende con ello es conseguir dotar a la capilla de mayor luminosidad y crear a la vez un ambiente más cercano a Dios, según declaraciones de Antonio Mesa, Cuadrillero de albaceas,: “este era uno de los anhelos que se había propuesto la Real Archicofradía en su proyecto de restauración y revitalización de la Capilla de la Virgen del Rosario y que concluirá (D.M.) en el año 2016”.
En una de las vidrieras está representado Santo Domingo de Henares, nacido en Baena y que fue elevado a los altares por su Santidad Juan Pablo II en el año de 1988, cuya Orden dominicana fue la fundadora de la parroquia en la que está erigida la cofradía.
La segunda de ellas se basa en una obra del pintor napolitano Lucas Giordano (1634-1705), artista coetáneo del retablo, en la que se representa a la Virgen del Rosario entregando el rosario a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Dominicos y en la que también aparece la doctora de la Iglesia Santa Catalina de Siena.
El retablo que posee en la actualidad la cofradía fue realizado en 1704 junto con la adquisición de los tres cuadros, los candelabros y el decorado en yesería dorada del interior del camarín.
El proceso de restauración de la capilla se inició en el año 1999, apostando por la conservación del patrimonio religioso y baenense por parte de la Real Archicofradía, esperando ver su culminación total en el año 2016.
